Escudo heráldico
Pese a haberme convertido en un respetable bachiller en teología y profesor universitario, todavía sigo picando piedra (escombros, polvo. sudor, callos y esquirlas de arenisca en el pelo y en los ojos)
Esta vez se trataba de completar casi la mitad de un escudo heráldico: La piedra armera de una casa solariega en Oto.